El gobierno del Reino Unido está desplegando examinadores militares e implementando reglas de reserva más estrictas para abordar el retraso en los exámenes de manejo, donde los tiempos de espera promedio actualmente son de 21 semanas. Las medidas, anunciadas por la ministra de Transporte, Heidi Alexander, reflejan una creciente presión para reducir los retrasos que han frustrado a los estudiantes en todo el país.
Apoyo militar e incentivos de retención
Para aumentar inmediatamente la capacidad de realizar pruebas, 35 examinadores del Ministerio de Defensa dedicarán un día a la semana durante el próximo año a realizar pruebas de conducción. Esta medida temporal tiene como objetivo aliviar la presión sobre la Agencia de Normas para Conductores y Vehículos (DVSA).
Al mismo tiempo, el gobierno ofrece a los examinadores actuales un “pago de retención” de £5.000 para desalentar las renuncias. A pesar de una reciente campaña de contratación que sumó 316 nuevos examinadores, el aumento neto sigue siendo modesto: sólo 40, lo que indica que persisten los desafíos en materia de dotación de personal.
Restricciones de reserva para combatir a los revendedores
Los conductores principiantes ahora serán los únicos a los que se les permitirá reservar pruebas directamente, eliminando a los revendedores externos que explotan la alta demanda. La DVSA también limitará la cantidad de veces que se puede mover o intercambiar una prueba, y restringirá hasta qué punto se puede reubicar una prueba una vez reservada en un centro específico.
Estas medidas tienen como objetivo proteger a los estudiantes de ser explotados por “robots” automatizados y revendedores que revenden espacios para exámenes a precios inflados. El gobierno reconoce que los esfuerzos anteriores para reducir los tiempos de espera a siete semanas para el próximo verano no se cumplirán, citando una demanda alta y sostenida.
Reacción de la industria
El director de la Fundación RAC, Steve Gooding, acogió con satisfacción las nuevas medidas, en particular las dirigidas a los revendedores de pruebas. “Es bueno ver que se están tomando medidas para poner fin a esas pruebas de promoción entre estudiantes frustrados”, dijo.
Gooding enfatizó que el objetivo final sigue siendo volver a los tiempos de espera previos a la pandemia, esperando que los esfuerzos combinados de los examinadores militares y los nuevos reclutas de la DVSA produzcan resultados más rápidos.
La respuesta del gobierno refleja una tendencia más amplia de soluciones de mano de obra temporal en los servicios públicos que enfrentan escasez de personal. La dependencia del personal militar resalta la urgencia de la situación, mientras que las restricciones de reserva subrayan la necesidad de abordar problemas sistémicos en la disponibilidad de pruebas y prevenir la explotación. Estas medidas, aunque reactivas, señalan un compromiso para mejorar el acceso a los exámenes de conducción y reducir la carga para los estudiantes.
