Escarabajo eléctrico: 600 caballos de fuerza en un caparazón clásico

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Este Volkswagen Beetle no parece gran cosa a primera vista. Pintado en Marathon Blue, parece ser un coche antiguo en buen estado. Pero debajo del capó, o mejor dicho, donde solía estar el motor, se esconde un secreto: más de 600 caballos de fuerza de furia eléctrica. El proyecto, encabezado por Knepper Bugs & More, combina el diseño icónico de un VW 1303 de 1975 con tecnología de propulsión eléctrica moderna y de alto rendimiento.

Del hallazgo del depósito de chatarra al monstruo eléctrico

La construcción comenzó con un Beetle muy dañado pero estructuralmente sano rescatado de un depósito de chatarra de California. Cada pieza fue reemplazada o reelaborada, lo que dio como resultado un automóvil clásico y radicalmente actualizado. La carrocería fue restaurada a su Marathon Blue original, pero con mejoras sutiles como guardabarros traseros de carbono más anchos y un alerón de techo de carbono para mayor estabilidad a altas velocidades.

El núcleo de la transformación reside en su tren motriz: un motor eléctrico asíncrono trifásico procedente de Tesla, combinado con 17 módulos de batería de un Porsche Taycan. Esta configuración genera 601 caballos de fuerza y ​​518 libras-pie de torsión, aunque un límite de 200 hp aprobado por TÜV lo mantiene legal en la calle en algunas áreas. Incluso con esta potencia restringida, la aceleración es brutal.

Debajo de la piel: piezas de Porsche y músculo de Tesla

El chasis también sufrió una importante revisión. Los componentes de la suspensión se tomaron prestados de un Porsche 944, con piezas de KW, Bilstein y Kerscher que mejoraban el manejo. Los frenos son de un Porsche 944 Turbo S, con discos 964 mejorados en la parte delantera. Los neumáticos Toyo Proxes TR-1 (195/45R17 delante, 235/45R17 detrás) montados sobre ruedas Porsche Cup 2 proporcionan un gran agarre.

La transmisión pasa por alto una caja de cambios tradicional: la potencia se envía directamente a las ruedas a través de los ejes de transmisión del Porsche 930. El par instantáneo del motor eléctrico da como resultado un tiempo vertiginoso de 0 a 62 mph en sólo 2,9 segundos. El alcance varía de 62 a 155 millas según el estilo de conducción, y la carga es posible mediante CCS o adaptador de CA.

Un clásico eléctrico práctico

La practicidad del Beetle no era sólo teórica. El propietario, Rüdiger Knepper, condujo el RS-E en un viaje por carretera de 5.000 millas por Europa y Marruecos, demostrando su fiabilidad en largas distancias. El interior conserva un aire clásico, con asientos Recaro de un BMW 2002 y un panel de control digital que reemplaza el embrague y la palanca de cambios.

Este proyecto demuestra que el espíritu del Beetle (un automóvil simple, adaptable y divertido) puede sobrevivir incluso a las actualizaciones más radicales.

El RS-E es un testimonio de lo que es posible cuando el diseño clásico se combina con la tecnología de vanguardia. Es un recordatorio de que, a veces, las combinaciones más inesperadas producen los resultados más emocionantes.