El último Presupuesto de Otoño del Canciller del Reino Unido introduce un complejo conjunto de medidas que, en lugar de aliviar la incertidumbre en el mercado automotriz, pueden empeorarla tanto para los consumidores como para los fabricantes. La combinación de aumentos de impuestos diferidos y nuevos planes de inversión crea un panorama financiero turbio que probablemente desaliente la compra de automóviles nuevos.
La incertidumbre sobre el futuro precio de las carreteras
Una de las preocupaciones más importantes para los conductores es la propuesta “eVED”, un impuesto de pago por milla sobre vehículos eléctricos (EV) e híbridos enchufables que se implementará en 2028.
Este plan plantea preguntas prácticas: ¿Cómo se realizará el seguimiento del kilometraje, especialmente en los automóviles que no están sujetos a inspecciones obligatorias? ¿Se cobrará a los conductores por las millas recorridas fuera del Reino Unido? La falta de respuestas claras alimenta aún más la ansiedad, y ya están circulando titulares que destacan el creciente costo de los vehículos eléctricos.
Alivio a corto plazo, preocupaciones a largo plazo
La continuación del recorte de impuestos sobre el combustible de 5 peniques proporciona un alivio temporal, pero está previsto que finalice en septiembre de 2026, momento en el que los precios del combustible volverán a subir. Esto podría empujar a los compradores hacia vehículos más eficientes en el consumo de combustible, y la ampliación de la subvención para vehículos eléctricos, si se mantiene hasta 2030, podría incentivar aún más la adopción de vehículos eléctricos.
Sin embargo, la inminente prohibición de la venta de coches nuevos de gasolina y diésel complica las cosas. El destino exacto de los modelos híbridos sigue sin estar claro, lo que podría hacer que los híbridos enchufables se vean desproporcionadamente afectados por el impuesto de pago por milla, lo que se sumará a sus ya elevados costos de funcionamiento.
Señales contradictorias sobre la asequibilidad
Elevar el umbral del Suplemento para vehículos caros en el impuesto especial sobre vehículos (VED, por sus siglas en inglés) a £50 000 hará que algunos vehículos eléctricos sean más asequibles, lo que potencialmente aumentará su aceptación. Los ingresos generados por el impuesto de pago por milla también se destinan al mantenimiento de carreteras, lo que constituye un avance positivo.
Sin embargo, el presupuesto no aborda el elevado coste de la carga pública de vehículos eléctricos. Una reducción del IVA para igualar las tarifas eléctricas nacionales (actualmente 5% versus 20% para los cargadores públicos) haría que los vehículos eléctricos sean más atractivos para quienes no tienen acceso a carga en el hogar, particularmente en áreas urbanas donde los beneficios de la calidad del aire son más necesarios.
Comparación de costes: vehículos eléctricos frente a coches de gasolina
El impuesto de pago por milla probablemente exacerbará las desventajas financieras de depender de cargadores públicos. Por ejemplo, un VW Golf cuesta alrededor de 12 peniques por milla en combustible, mientras que un ID.3 EV cargado en casa con el precio máximo actual de Ofgem cuesta 6 peniques. Pero si el ID.3 se carga en un cargador público lento típico de 53 peniques, se convierte en 12 peniques por milla, y el impuesto eVED de 3 peniques por milla hace que el combustible sea más caro que el Golf. Con tarifas de carga rápidas (76 peniques por kWh), la brecha de costes se amplía aún más.
El presupuesto de la Canciller ofrece más cálculos financieros y dudas, en lugar de incentivos claros para la adopción de vehículos eléctricos. En un mercado que ya se enfrenta a la incertidumbre, es poco probable que este enfoque inspire confianza entre los compradores de automóviles.























